jueves, 27 de octubre de 2011

Erwin Schrödinger

En clase hemos comentado a Erwin Schrödinger, físico austríaco (nacionalizado como irlandés) que realizó aportaciones importantes en el campo de la termodinámica y mecánica cuántica y que recibió el Premio Nobel de Física en 1933 por desarrollar la ecuación de Schrödinger.
Sin embargo, yo ya había oído hablar de él. En una serie de televisión llamada "The Bing Bang Theory" se mencionó un expermiento mental llamado "El gato de Schrödinger". Este experimento lo desarrolló tras una larga correspondencia con Albert Einstein, y mostraba las paradojas e interrogantes a los que abocaba la física cuántica. Me pareció interesante y busqué información sobre él:


Schrödinger nos propone un sistema formado por una caja cerrada y opaca que contiene un gato, una botella de gas venenoso, una partícula radiactiva con un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo dado y un dispositivo tal que, si la partícula se desintegra, se rompe la botella y el gato muere.
Al depender todo el sistema del estado final de un único átomo que actúa según las leyes de la mecánica cuántica, tanto la partícula como la vida del gato estarán sometidos a ellas.



Siguiendo la interpretación de Copenhague, mientras no abramos la caja, el sistema, descrito por una función de onda, tiene aspectos de un gato vivo y aspectos de un gato muerto, por tanto, sólo podemos predicar sobre la potencialidad del estado final del gato y nada del propio gato. En el momento en que abramos la caja, la sola acción de observar modifica el estado del sistema tal que ahora observamos un gato vivo o un gato muerto. Esto se debe a una propiedad física llamada superposición cuántica que explica que el comportamiento de las partículas a nivel subatómico no puede ser determinado por una regla estricta que defina su función de onda. La física cuántica postula que la pregunta sobre la vida del gato sólo puede responderse probabilísticamente.

La paradoja ha sido objeto de gran controversia tanto científica como filosófica, al punto que Stephen Hawking ha dicho: «cada vez que escucho hablar de ese gato, empiezo a sacar mi pistola», aludiendo al suicidio cuántico, una variante del experimento de Schrödinger.

De hecho, aparte de la interpretación de Copenhague, existen otras maneras de ver este problema, por ejemplo la de que que existen dos universos paralelos. El gato sigue estando vivo y muerto a la vez pero en ramas diferentes del universo, todas las cuales son reales, pero incapaces de interactuar entre sí debido a la decoherencia cuántica.

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